Cierro con fuerza mis ojos, esto no es real, lo sé. Los abro nuevamente para absorber mí alrededor. Hermosa naturaleza, lástima que sea fugaz. En otro momento me hubiese asombrado por ese arbusto color de fresa, o por esas flores que parecen mecheros llameantes, por ver como se mueve la luz, el brillo. Tales cosas resultan insignificantes cuando ya has olido sonidos, escuchado sabores o has visto a innumerables fractales de luz y color enriqueciendo la realidad. El reloj no espera, y esta magia es como un cigarro que se consume con cada bocanada de humo, mientras yo sigo aquí, ahogándome a conciencia en este colorido mar de árboles que ondulan como banderas, tal fueran golpeados por un viento inexistente. Nuevamente estoy soñando, no estoy dormido.
martes, 23 de julio de 2019
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