No habían sabido tan bien sus labios como en el instante del aquel beso que no fue, por las razones que ya hoy no importan. Odié aquella despedida donde nos tomamos de la mano y la palabra -quédate- la gritábamos sin hablar. Nos dijimos -hasta luego-, y en el fondo sabíamos la verdad, aquel adiós, era para siempre.
martes, 23 de julio de 2019
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Muy lindo, me gustó mucho como logras decir tanto en tan poco espacio, bien hecho.
ResponderEliminar